¡Cuidado con las
grasas trans escondidas!
¿Sabías que muchos de los alimentos industriales que
consumimos tienen grasas saturadas camufladas?
Aperitivos, galletas, dulces industriales o productos
precocinados contienen grandes cantidades de grasas saturadas y ácidos grasos
«trans» camuflados bajo el término grasas vegetales. Las grasas trans pueden
encontrarse ocultas en los alimentos y pueden además en ocasiones, estar
relacionadas con las grasas de origen vegetal.
“La gente lee grasa vegetal en una etiqueta y se relaja,
tiende a asociarla con un perfil saludable, cuando no siempre es así”, alertan
los expertos.
Papas, sal y grasa vegetal, es cuanto figura en la
etiqueta de muchas de las bolsas de aperitivos que hay en los supermercados.
Tras un primer vistazo, y al constatar la ausencia de conservantes, colorantes
y estabilizantes, muchos consumidores apostarían por asegurar que se trata de
un producto saludable. Sin embargo, la realidad es que el “snack” podría
albergar grandes cantidades de sustancias perjudiciales para el corazón. La
falta de claridad, que no sólo afecta a los datos que aportan los aperitivos,
sino también a muchos otros productos de dulces industrial, precocinados y
alimentos de comida rápida, exige un cambio en la legislación sobre la
información nutricional que le llega al consumidor, tal como están reclamando,
estos días, diferentes especialistas de todos los ámbitos.
“Al leer una etiqueta en la que sólo se dice grasa
vegetal, sin más detalles, siempre hay que sospechar”, alerta Pedro Mata,
director de la Unidad de Lípidos de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien
subraya que “el que usa aceites saludables siempre lo destaca” como un activo
importante de su producto.
¡Cuidado con lo que comes!
Estas grasas saturadas contribuyen a aumentar los niveles
de colesterol en sangre. Su abuso también se ha relacionado en la literatura
científica con un mayor riesgo de obesidad, problemas metabólicos y otros
trastornos, como el cáncer.
Pese a este perfil tan poco saludable, estos aceites
“ocultos” en las listas de ingredientes no son, sin embargo, los que más
preocupan a los especialistas. El verdadero caballo de batalla para
nutricionistas y cardiólogos son las grasas “trans”.
Estos lípidos están presentes de forma natural -y en
pequeñas cantidades- en la carne de los rumiantes y en los productos lácteos,
pero, la mayor parte de los que consumimos tienen un origen 'artificial'.
Gracias a un proceso denominado hidrogenación y a partir de aceites vegetales,
es posible obtener estas grasas, que resultan muy baratas y de fácil manejo
para la industria.
Mejoran la apariencia de los alimentos, garantizan su
sabor e incluso hacen que perduren más. Sin embargo, estudios científicos han
concluido que ingerir cinco gramos diarios de estos lípidos aumenta hasta un
25% el riesgo de infarto. Las “trans” son especialmente dañinas para el corazón
porque, al contrario que las saturadas, no sólo elevan los niveles de LDL
-también conocido como “colesterol malo”-, sino que también provocan un descenso
en el HDL o “colesterol bueno”, generando todo un cóctel perjudicial para el
organismo.
Muchas de las galletas, aperitivos, dulcería industrial,
productos precocinados o de comida rápida que existen en el mercado se elaboran
a partir de ácidos grasos “trans”, por lo que, para el consumidor medio, no es
difícil ingerir una dosis considerable a la semana.
“El verdadero problema es que la gente no es consciente
de la cantidad de este tipo de grasas que consume”, apunta Jordi Salas,
catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad Rovira Virgili de
Tarragona, quien asegura que “las estimaciones muestran que, en Occidente,
entre el 4% y el 9% de las grasas que la gente toma se consumen en forma de
'trans'” mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no
superar el 1%.
Como controlar estas grasas
Según los especialistas, el total de grasa en la
alimentación debe ser inferior al 30% de las calorías consumidas y, de ellas,
la mayor parte debe ingerirse en forma de ácidos grasos insaturados,
precisamente los que le han otorgado el calificativo de “saludable” al aceite
vegetal.
Estas grasas pueden dividirse en dos tipos:
poliinsaturadas y monoinsaturadas. Ni las primeras -contenidas abundantemente
en el aceite de girasol- ni las últimas -el mejor ejemplo es el aceite de
oliva- elevan significativamente los niveles de colesterol en sangre, por lo
que se consideran beneficiosas para el organismo. Sin embargo, muchos expertos
coinciden en señalar a una de ellas como especialmente saludable, las que se
encuentran en el aceite de oliva, tomando en cuenta que en la alimentación
actual hay exceso de ácidos grasos omega 6 y déficit de ácidos grasos omega 3,
y muchos de los aceites vegetales contienen exceso de omega 6 y nada de omega
3.
Recuerda… SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que
mantengas tu cuerpo sano.
“Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29).
“He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y
les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6).
“Gracia y Paz”
Carlos Martínez M_La Buena Salud al alcance
de todos
Fuente: Alimentación Sana
http://www.alimentacion-sana.org/PortalNuevo/dietas/plantillas/dietas105.htm
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